lunes, 23 de octubre de 2017

Reseña: "Calicalabozo", de Andrés Caicedo

«Caicedo es el eslabón perdido del boom. Y el enemigo número uno de Macondo. No sé hasta qué punto se suicidó o acaso fue asesinado por García Márquez y la cultura imperante en esos tiempos. Era mucho menos el rockero que los colombianos quieren, y más un intelectual. Un nerd súper atormentado. Tenía desequilibrios, angustia de vivir. No estaba cómodo en la vida. Tenía problemas con mantenerse de pie. Y tenía que escribir para sobrevivir. Se mató porque vio demasiado»
Alberto Fuguet, sobre la muerte de Andrés Caicedo.

Calicalabozo”, es un libro que recopila quince de los cuentos más famosos del autor Andrés Caicedo, que escribió durante su corta vida y publicado de manera póstuma.
El nombre de Andrés Caicedo quizás resulte desconocido para aquellos que no sean colombianos, puesto que es de ese tipo de autores que, pese a su calidad literaria, el apogeo de su fama recae en su país natal, mientras que pasa inadvertido en otros lugares.
Hablar de Andrés Caicedo, es inherentemente hablar a la vez de Cali, su ciudad de origen y donde se desarrollan cada una de las historias de este libro. Andrés, es correcto decir que amaba su ciudad, mas también la criticaba bastante, debido a los problemas sociales que esta presenta. Y son estos problemas sociales los temas centrales de su obra, al menos en el caso de esta. Andrés fue una persona muy apesadumbrada en vida, cargador de numerosas crisis existenciales, en la cual no se sentía bien viviendo tanto, por el sufrimiento que esto conllevaba para él. Pues según él “vivir más de 25 años es una insensatez”. Defensor del espíritu adolescente, creándose en una época de rock and roll, cine, y presentándose el umbral del “boom latinoamericano”, vivió entre 1951 y 1977, consiguiendo su meta de fallecer a los 25 años, el mismo día en que se publica su única novela completa: “¡Qué viva la música!”.   
Vemos en estos cuentos, que fueron escritos entre 1966 y 1974, donde nos topamos con cuentos que se desarrollando en una atmósfera donde nos topamos con el cine, las relaciones de pareja, tristezas y sueños, protagonizados sean por hombres, mujeres heterosexuales u homosexuales. 
De entre los quince cuentos de Calicalabozo, mis favoritos son:
Infección”, que más que un cuento es una confesión en prosa poética, donde Caicedo desvela su dolor, tristeza, miseria y odio por aquellos agobios de la vida, tales como el amor, la amistad, la hipocresía, la imposibilidad y demás angustias. De segundo, “Los mensajeros”, que habla sobre el abandono y el olvido en el que ciertas personas han sumido a Cali, por culpa de la deshumanización y los cambios que se presentan por culpa de los avances, en donde se ve afectada la cultura. En este cuento hay dos protagonistas que cuentan la historia en forma pasada, recordando el antaño de su adolescencia, la cual añoran, mientras esperan a “los mensajeros”. Y de tercero,  pondría “Destinitos fatales”, que es el último cuento de la colección; narra tres actos diferentes en los cuales, los personajes, en breves palabras, encuentran destinitos fatales... Ubico a este, lamentándome de no poder poner también a todos los demás, ya que cada una de las ficciones logró cautivarme y explorar una nueva narración en la literatura colombiana que, sin duda, me atrevería a decir, aunque pudiese sonar pedante que, no tiene nada que envidiarle a García Márquez, quien, igualmente colombiano, logró sobresalir más que el desdichado Caicedo, quizás por la temprano muerte de este. Sin embargo, es mejor no caer en comparaciones absurdas e innecesarias entre ambos.   
En estos cuentos se tocan temas inusuales además, como el canibalismo; u otros más comunes como: el crimen; la desdicha; el placer sexual; la añoranza y el anhelo; contados de una forma magistral.  
El pobre Andrés Caicedo, pese a su perspectiva de la vida y la zozobra e incomprensión que cargaba consigo, en pena y soledad, mantuvo un humor admirable, junto a su personalidad y opinión sobre la existencia y las cosas que ocurrían durante esta. No obstante, por desgracia, su suicidio victorioso a tan corta edad, le retuvo de alcanzar la fama que deja ver en Calicalabozo de la que es digna. Aun así, pienso que esto no le interesa a Andrés Caicedo, en el sentido de que era un escritor que escribía sin pretensiones y como recurso de desahogo, ya que desde muy pequeño se empeñó en dejar toda su obra preparada y bien diseñada, como si estuviese preparando su final. Era alguien preocupado por su obra y por su ciudad, que se entremezclan a leerle.

Investigando desde hace años sobre escritores colombianos, me topé con él. Su biografía me inquietó y mediante esta, pudo sembrar en mí la semilla de la curiosidad, por lo cual seguí buscando información sobre su vida, su obra, su pensamiento… hasta que por fin tuve la oportunidad de acercarme a leer uno de sus pocos libros. Y fue una experiencia grata.  
Podrán a algunos no gustarle sus ideales de vida, o toparlo por anormal o loco; empero, no se puede negar el valor literario de su obra y es por ello que Calicalabozo es un libro que recopila cuentos de calidad, creados de forma singular; algo diferente y que recoge la esencia del autor en sí.  




lunes, 16 de octubre de 2017

Reseña: "Otelo: el moro de Venecia", de William Shakespeare

Otelo: el moro de Venecia”, u “Othello: el moro de Venecia” (título original: The Tragedy of Othello, the Moor of Venice), es una obra de teatro, escrita por William Shakespeare. Es una de las más famosas tragedias de este.

William Shakespeare, el autor más estudiado en toda la historia; descrito como el máximo exponente, y por el cual todo lector debería pasar. Aquel clásico indispensable para el amante de la literatura, cuya influencia ha persistido y persistirá quizás hasta que el hombre deje de leer. Bajo esta perspectiva sobre él, me interesé en por fin leer una de sus obras. No quería empezar por Hamlet, que es la más aclamada, ya que prefiero dejar las obras cumbres de los escritores para el final, cuando deseo adentrarme en su literatura a profundidad; en su lugar, comenzar con algo menos complejo pero igualmente bueno. Por ello, decidí elegir a “Otelo”; con lo cual, hice una elección satisfactoria.
La historia gira en torno a Otelo, el respetado moro de Venecia, quien, enamorado de Desdémona, consigue sobrepasar las fronteras del padre de ella y hasta planear el matrimonio. Sin embargo, por desgracia, ese amor se verá envenenado por los celos.  

“¡Ah, cuídese de los celos, mi señor! Es el monstruo de ojos verdes que se burla de la carne que alimenta. Suerte la del cornudo que, ante la certeza de su condición, ya no ama a su esposa infiel. ¡Pero qué minuciosa condena la de quien ama, pero duda, y la de quien sospecha pero ama con devoción!”
Tercer acto

Por culpa de terceros, quienes empiezan a infectar la mente del desdichado Otelo. Rodrigo, quien también está enamorado de Desdémona, mas no consigue hacerse con su amo, a diferencia del moro, se alía con Yago, el alférez de este, uno de sus hombres más apreciados y de confianza. Entre ambos bregaran porque sea Rodrigo quien derroque a Otelo del corazón de Desdémona. Yago le apoya con el fin de provocarle el mal a Otelo, por el odio que guarda hacia él, producto del rencor. Y mediante Yago, como heraldo de la desgracia, el matrimonio se verá perjudicado por los monstruoso celos. Yago al ser tan cercano al moro, fácilmente le engendra aquellos celos fatídicos.  

“¡Y ahora álzate, negra venganza, del infierno cavernoso! ¡Amor, rinde al odio tiránico tu corona y el trono del corazón! ¡Hínchate, pecho, con tu peso, que es de lenguas viperinas!”
Tercer acto

El libro, como ha de haberse percatado ya, trata el tema de los celos. Pero no de manera superficial, sino a profundidad, viendo en la historia el reflejo de las calamidades provocadas por esta viperina quimera, capaz de ultimar el amor de cualquier relación. Esto, mediante una narración y vocablo bello. El estilo y lenguaje de Shakespeare fue lo que más me atrapó y que hizo que me lo leyese en dos días, sintiendo gran drama y emoción durante las partes finales, acompañados de una satisfacción al acabar el libro, que solo da un libro que cumplió con las expectativas esperadas por su lector.
Es de destacar la forma en que se refieren a Otelo, evitando caer en la discriminación, puesto que para las fechas que el libro fue escrito, era muy común –y especialmente en la literatura británica– que los moros y negros fuesen descritos de forma demasiado peyorativa.  
Creo que Otelo es una obra acertada para empezar a leer a Shakespeare, claro que podría no interpretarse de igual forma que como se interpretaría tras releerse y haber ya pasado por las títulos del mismo autor –claro que otros podrían recomendar comenzar por otro más apto–. “Otelo: el moro de Venecia”, fue un excelso libro que logró que fascinarme y llamarme a leer más del mismo escritor.  

lunes, 9 de octubre de 2017

Reseña: "Madame Bovary", de Gustave Flaubert

Madame Bovary”, es una novela publicada en  1856, por el autor francés Gustave Flaubert.

Una obra que es considerado por muchos, tanto lectores como escritores, un magnifico clásico de la literatura, que logra una narración esplendida y esplendidas emociones. Desde Henry james hasta Vargas Llosa la han elogiado. La protagonista, al igual que el libro, dicen que, o los amas o los odias, debido a los hechos que se desenvuelven durante la trama por parte de su personaje principal. No porque está mal escrita, sino por cierto valor ético o moral, relativos a su actitud.    
Como su nombre lo indica, la novela cuenta la vida de Emma Bovary. Al principio se nos muestra la historia de un hombre pobre y no muy vivaz, llamado Charles Bovary; un médico, que viaja a Tostes y allí atiende a un hombre enfermo, el cual después, vista la relación que tenía con su hija, se la entrega en matrimonio a Charles. Dicha mujer se llama Emma, y se convierte en la señora Bovary. Ella llevaba una vida entregada a los libros, leyendo infinidad de novelas románticas, donde las pasiones pululaban fogosas, creando en ella ilusiones y utopías sobre el amor. Creyendo por ello, que al casarse, podría hacer de su cotidianidad una réplica bella de aquellas novelas que se dedicaba a leer, esperanzadora.  

“Habituada al sosiego de la vida se sentía atraída, por contraste, por sus aspectos turbulentos. Si le gustaba el mar era a causa de sus tempestades, y el verdor de los campos solo cuando brotaba salpicando entre ruinas. Necesitaba poder extraer de las cosas una especie de provecho personal y rechazaba por inútil todo cuanto contribuía al consumo fulminante de su corazón, y siendo como era de condición más sentimental que artística, prefería emociones a paisajes.”

No obstante, los anhelos creados a costa de ignorancia disfrazada por las novelas de amor, no son suficientes para alterar la realidad, ni para saciar a Emma. Al contrario, solo sirvieron para que la realidad le desilusionase, puesto que al contraer matrimonio, ve que la vida no era como ella se la esperaba. Charles, su esposo, no resulta ser aquel esposo que ella deseaba y que se imaginaba a base de las ficciones. Ella deseaba pasiones, empero no consiguió tal cosa. Por lo cual, abrumada por el agobio de su existencia que, pese a estar en pareja, se torna solitaria, ya que su esposo no es un hombre que le inspirase amar, gracias a otros hombres Emma comienza a regar sentimientos semejantes a los que deseaba. Y, pese a que se niegue a sucumbir a la tentación del engaño, termina traicionando sus botos, entregándose al amor proveniente de terceros.
Su aburrido amor la lleva a engañar a su esposo, y por lo cual, pese a las frustraciones, Emma tiene diversos amantes con los cuales intentará saciar su desilusión y sus utopías novelescas. Algunos podrán odiar a Emma por ello; en cambio otros la amarán. En mi caso, yo no pude odiar a Madame Bovary, gracias a la prosa con la  que Flaubert describía esas pasiones de Emma, transmitiéndome los mismos sentimientos de ella, haciendo que me apegase mucho a la historia. Sin embargo, por momentos me causaba enojo el comportamiento suyo con Charles. Esto porque, aunque Charles no es el mejor ejemplo de amado, él intentaba a veces brindarle cariño –siendo tarde para ello–; mas la reacción de evitación de Emma, me generaba lástima por él.
El libro se divide en tres partes. La primera parte es la introducción y formación del matrimonio Bovary; la segunda explica el sufrimiento de Emma y las primeras muestras de su infidelidad; mientras que en la tercera (y a mediados de la segunda), podemos apreciar a la perfección cómo cambia la vida de Emma, por sus amantes. Debo aclarar que no es que tenga varios amantes a la vez. Si no que conocerá a más de uno, que llegaran cada uno a su debido tiempo.

“Y se preguntaba también si no habría sido posible por algún capricho de la suerte, encontrar otro marido distinto. Y procuraba imaginarse cómo habrían discurrido esos acontecimientos que no habían tenido lugar, cómo podría haber sido esa vida diferente, ese hombre al que no había llegado a conocer.”  

Cuando empecé a leer la novela, me estaba desesperando, no porque fuese mala o sus personajes fuesen irritantes, sino porque al oír tantos elogios sobre ella, yo quería toparme inmediatamente con la acción y el drama. Y me estaba resultando frustrante, ya que al comienzo, la narración es lenta –porque así lo exige–, ya que es, como indiqué, la introducción al matrimonio. Por esto, la obra, al principio puede no enganchar a aquellos que buscan novelas que pasen deprisa a la acción y el drama. Se dedica más a anidar los sentimientos durante ese momento que a crear problemas. Eso no quiere decir que me haya resultado aburrida; al contrario, se me hizo llena de pasiones y melancolías, las cuales, gracias a la prosa pude saborear y disfrutar bastante. Solo que tuve que guardar paciencia, hasta que llegase en verdad el desenvolvimiento de las angustias.  
Por ello, pensé que no iba a disfrutar de ella, y antes de acabar la primera parte, decía “dónde está aquello que Vargas Llosa describe como «una obra maestra, escrita a partir de alguien que no tenía talento y que va construyendo su talento a base de perseverancia».”

Sin embargo, al terminarla, quedé maravillado. Si bien no la aprecio tampoco como la mayor obra que haya leído, sí me conmovió mucho la vida de Emma. Y de decir que, lo más destacable que encuentro en ella, es, sin duda alguna, además del drama, la bella y poética prosa con la que Gustave Flaubert la escribió. Como dijo Vladimir Nabokov: «estilísticamente es prosa haciendo lo que se supone que hace la poesía». Aunque esto pueda sonar de forma peyorativo desde cierta perspectiva, es preciso citar a Milan Kundera: «No fue hasta la obra de Flaubert que la prosa perdió el estigma de inferioridad estética. Con Madame Bovary, el arte de la novela ha sido considerado igual al arte de la poesía».
Gustave Flaubert, autor de una obra aclamada por millones, consigue con su prosa y sus sentimientos, la creación de un libro como Madame Bovary, que me maravilló, por cómo está construido y que sé que a más de uno gustaría.