“Ben-Hur” (título original:
Ben-Hur: A Tale of the Christ, literalmente Ben-Hur: una historia de Cristo),
es una novela épica, del escritor estadounidense Lewis Wallace, publicada
en 1880.
Probablemente una obra cuyo
nombre es famoso gracias a la película basada en esta. Pertenece también al género
de Novela histórica, ya que se centra en un periodo histórico muy importante:
los tiempos de Jesús, extendiéndose hasta los inicios del cristianismo. Se
aprovecha de la historia para que la ficción al entrelazarse con la realidad,
se confunda y consigan una emocionante historia donde las referencias y sucesos
abundan con gotas de acción y drama.
Durante las primeras líneas, se delinean
los paisajes hebreos, por donde pasa un hombre el cual se describe con
minuciosidad. Más adelante, dicho individuo se encuentra con otros tres
semejantes a él, quienes viajaban por un mandato de fe proveniente del mismo
Dios, quien le iluminó a cada uno, miembros de diferentes religiones (un indio;
un griego y un egipcio). Nos enteramos, gracias al testimonio de cada uno, que,
tales hombres eran Baltasar, Melchor y Gaspar –los tres reyes magos–. En esta
parte la curiosidad se manifiesta, por la intervención de tales figuras dentro
de la ficción.
En los siguientes capítulos, se
narra la travesía de aquellos en busca de aquel que había nacido Rey de los
Judíos. No es hasta después de esto que, aparece la persona que le da título a
esta novela: Judá, Ben-Hur.
Judá es un muchacho de fe
cristiano, de espíritu guerrero. Tras muchos años separados, su amigo Messala
vuelve a Jerusalén, llevando cinco años de vivir en Roma. Al volver, su antiguo
ser había desaparecido, puesto que había adquirido los dioses, pensamientos y
costumbres del pueblo romano. Discutiendo sobre las diferentes deidades a las
que alababan y sobre los logros de cada lugar, Messala hiere el corazón de su
amigo, por sus arrogantes y pedantes palabras, las cuales humillaron al pobre
Judá.
Ben-Hur, interpretado por Charlton Heston |
A pesar de los años de ausencia,
desde aquel día en que se volvieron a ver, esa amistad se rompió. Más adelante,
mientras Ben-Hur se lamentaba en el techo de su casa, pasaba el emperador Graco
en compañía de sus hombres, y en esas, por accidente, un ladrillo cayó sobre
este. Messala le delata con fines malévolos y debido a esta malaventura, la
familia Hur pasará al miserable martirio… Ben-Hur es condenado a la esclavitud,
mientras que sus riquezas quedan en manos del gobernador. Y así, no vuelve a
saber nada de su familia, siquiera si viven o mueren.
“El joven judío sintió afirmarse su resolución de aniquilar a toda
costa a su enemigo; aunque tuviera que arriesgar su vida, le humillaría.
Premio, apuestas, honores, amigos, todo aquello que excitaba a los otros no
tenía para él interés alguno; todo dejaba de existir ante su implacable propósito
de venganza.”
El punto del libro consistirá en
la aventura agotadora por la que pasará Ben-Hur para huir de esa esclavitud,
para así, conseguir sus dos anhelos. El primero, venganza de aquel que pisoteó
su honor y le humilló sin piedad; el culpable de esa condena: Messala. Y, el
segundo, recuperar a su mamá y su hermano, lo cual será lo más arduo. Además de
ello, tendrá gran influencia en la historia el personaje de Jesucristo, puesto
que, al enterarse el protagonista de que ha llegado el hijo de Dios al mundo,
desea buscarle para venerarlo, entusiasta de conocerle. Jesús pasará incluso a ser un personaje más,
encargado de conectar y guiar la historia hacia su fin, participando en ella de
manera considerable.
Uno de los factores más
destacables del libro es precisamente ese ingenio que tiene el autor para relacionar
la historia con la ficción, donde, sin importar la religión que tenga el lector
–o aunque no sea creyente–, termina envuelto por cómo interfiere la realidad en
el drama. Gracias a esto, podemos adquirir conocimientos sobre aquellos
tiempos: las costumbres, pensamientos y demás. Nos enteramos de las discusiones
constantes de entonces, como la creencia en que el rey de los Judíos, más que
un humilde sería un guerrero con corona; o, los conflictos que se daban entre
los diversos pueblos, como Grecia, Roma, Jerusalén… debido a la divinidad
bifurcada en cada zona.
Las pasiones que se desatan
durante el transcurrir de las aventuras, aviva la emoción, que por momentos
pueden verse heridas por la densidad de algunos capítulos y los diálogos, que,
para algunos, como cualquier clásico épico, parecerán lidiosos, o para otros,
cargados de un lenguaje hermoso.
Historia, amor, venganza, acción,
drama… serían las palabras que mejor describirían esta obra. El libro de Lewis
Wallace, podrá crear distintas opiniones: unos la considerarán una
intensa aventura, y otros una obra que por momentos se hace densa. En mi caso,
me gustó mucho, por su detallista prosa; su léxico; sus personajes llenos de
sentimientos; sus referencias históricas que intervienen con el drama ficticio,
que se tornan sorprendentes… aunque deba reconocer que por instantes, me sentía
en el mismo lado de quienes se les hace denso el libro en ciertas partes.
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