“El viejo y el mar”
(título original: The Old Man and the Sea), es una novela corta escrita en 1951
y publicada al año siguiente, por el autor estadounidense Ernest Hemingway, Nobel
de literatura.
La historia trata de un viejo
pescador, llamado Santiago, que lleva ochenta y cuatro días sin pescar pez
alguno. Por culpa de ello algunos se le burlan y otros, los más adultos, sienten
simplemente lastima. Es un personaje que ama su trabajo, ama el mar y los peces
y nos hace comprender lo que es ser pescador. También está Manolín, un muchacho
quien es el único que confía en él, mostrando gran solidaridad y aprecio con el
viejo. Es quien está atento a este, sin importar su reputación o suerte como
pescador. Sin importar qué tan solidario sea, Manolín no acompaña a Santiago en
la pesca, porque sus padres se lo prohíben ya que tienen una perspectiva
negativa sobre Santiago, debido a su mala racha y el joven no puede desobedecer
a sus padres.
En medio de esa desgracia y
pobreza, el viejo no pierde la fe en seguir, puesto que es lo único que puede
hacer en momentos así. Con su optimismo se dirige, con convicción, en busca de
un gran pez y el término de su malaventura al día ochenta y cinco. Conseguirá
adquirir un premio notable y afable durante dicha fecha; empero, la dicha no
será tan sencilla. Habrá diversas adversidades entre esa aventura, como
tiburones, el clima, heridas y demás. Un rasgo que le da mayor emoción a la
novela, es el que, durante ese viaje en el mar, el viejo, tras tantas angustias
y obstáculos, reflexiona con constancia.
El viejo y el mar es una
obra metafórica, que nos inspira optimismo, para continuar ante los problemas,
puesto que, semejante a Santiago, debemos embarcarnos en el océano sin importar
la mala racha y atrapar nuestro pez (que simboliza nuestros sueños o metas), y
remar contra las tormentas, depredadores… Nos habla de la persistencia, la soledad y demás. Un aspecto importante a destacar es
que, gracias a la narración –que es sencilla y certera–, logramos transferirnos
fácilmente al mar, y sentir esa atmósfera con el sol dándonos en nuestras
espaldas, los tiburones persiguiéndonos, la brisa y el agua impactando contra
el barco y nuestro rostro. Gracias a esta prosa podemos inclusive llegar a amar
o ver el mar de una manera diferente –o mejor dicho: “la mar”.
Este fue el último trabajo de
ficción del autor, antes de su suicidio en 1961 y a la vez el más famoso. Ernest
Hemingway de pequeño aprendió a pescar, con tan solo tres años ya
manejaba la caña de pescar; además, le gustaba el deporte, en especial el
boxeo. Estos dos aspectos se ven reflejados en la historia.
Interpretación:
El viejo, representa la fe y la
convicción del hombre frente a la aflicción y la calamidad. El gran pez que ha
de casar el viejo en el día ochenta y cinco representa nuestros sueños, los
cuales no serán tan sencillos de conseguir y que podrían quedar muy alejados.
El mar, son todos aquellos problemas que rodean al ser humano, ocasionando
dificultad en la búsqueda de objetivos, las fatalidades, congojo y demás a los
cuales, sin importar qué tan tormentosos sean, hemos de navegar por ellos, ya
que la vida es ello: un mar de dudas y adversidades entre el cual yacen
nuestras esperanzas y sueños.
«El hombre no está hecho para la derrota. Un hombre puede ser
destruido, pero no derrotado.»
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