“Medea” (título original: Μήδεια), es una tragedia griega,
escrita por Eurípides, presentada en el primer año de la Olimpiada 87ª (431
a. C.), donde adquirió el tercer puesto. Es uno de los principales libros de la tragedía griega, en especial para aquellos que quieran iniciar a leer ese tipo de obras.
Medea, desdichada y apesadumbrada
por la traición cometida por su esposo, Jasón, quien decide dejarla por la hija
del rey Creonte. Ella interpreta esto de la forma más zozobrante posible,
infiriendo que Jasón, el hombre por quien incluso dejó su tierra, había faltado
a aquel amor falso que le juró y ante ello, colérica, la mujer planea su venganza,
en la cual buscará afectar fuertemente y en especial a Jasón.
(Escena final). Medea, enfrentándose a Jasón, a punto de escapar, ayudada por Helios. |
Creonte, queriendo evitar incidentes
nefastos por la pena que exacerba a Medea, le destierra; empero, esta, astuta y
rauda, le pide que le otorgue un día de plazo para marcharse. El rey, incauto,
cae en la trampa sin sospechar que, en realidad, quería tal lapso para
organizar de la manera más exacta y vil sus planes, los cuales consistían en lo
siguiente:
Haciendo creer a todos, que
estaba arrepentida y ahora se había despojado del enojo y el lamento,
resignada, le regalaría a la nueva mujer de Jasón, una corona y un peplo, envenenados
de tal manera que con el mero contacto, podían ocasionar una muerte atroz en el
desdichado que se los pusiese. Aunque, la rabia de Medea no se limita al exterminio
de su rival fémina. No; también, puesto que su cometido era herir a Jasón, sin
importar cómo, planea a la vez, acabar con sus propios hijos que tuvo con él,
sin importarle que sean sus descendientes, los cuales dio a luz ella misma,
nacidos del amor que alguna vez tuvo con aquel hombre.
Como aquel amor había muerto y
ahora era solo la cólera y el resentimiento lo que germinaba en su alma, siendo
importante, no sus hijos ni su crimen, sino, el mero hecho de vengarse de aquel
hombre que le traicionó.
Medea no es solo una mujer
encolerizada que quiere hacer sufrir a su marido, resentida por una traición.
Es más que ello, también ataca contra las limitaciones o perspectivas negativas
que la sociedad le impone a la mujer, menospreciándola. Medea, es el grito de una
mujer valiente, astuta, hábil, siendo el personaje por el cual la voz de Eurípides,
camuflada en una mujer atrevida, exalta a la desdichada mujer que se enfrenta a
diversas adversidades y complejos ante una sociedad injusta. Además de ello,
como fácilmente se observó, toca el tema de la venganza y los conflictos
conyugales y su afectación en terceros.
En esta obra, los versos escritos
por el autor, brindan una lectura en la cual, las voces de os personajes transmiten
verdaderas pasiones y pensamientos, y, pese al uso de Deus ex machina, resulta gratificante para el lector, certera y
esplendida. En sus primeros años, la obra de Eurípides causó mucha polémica. Hoy
en día sigue haciéndolo, por la interpretación o análisis limitado al que
algunos la someten, donde hay más que una mera “loca que decide arremeter contra
sus propios hijos, por los celos y el resentimiento inmaduro”, como algunos
creerán.
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