“Las aventuras de Tom Sawyer”
(titulo original: The Adventures of Tom Sawyer) es una novela publicada en
1876, por el escritor estadounidense Mark Twain.
Cuando mencionamos el nombre Tom Sawyer, se nos viene a la mente un niño con
overol y sombrero, haciendo acciones como pintar una valla, cruzar el rio
Mississippi, hallar tesoros, hacer
travesuras y burlar a su tía, y un montón de aventuras más que un chiquillo no
podría realizar tan fácil; y, sin embargo, realiza sorprendentes aventuras,
incluso mejor y con mayor destreza que un adulto.
Mark Twain es uno de los clásicos
escritores recordados en la historia, y, se lo debe en especial a una de sus
mayores obras, que se convirtió en un clásico que será leído por largos años, cuando
un niño quiera conocer las aventuras de aquel travieso personaje, o, cuando un
adulto quiera recordar aquella bella parte de la vida como lo es la infancia;
donde se viven apasionantes y divertidos momentos que se enmarcan en nuestra
memoria. Después de todo, Las aventuras de Tom Sawyer trata
sobre eso: la sorprendente infancia de Tom.
No hay que dejarse llevar por las
palabras de que “Tom Sawyer sea un libro infantil o para niños”; es más que
eso, pues el mismo autor lo dice en el prefacio del libro:
“A pesar de que destino este libro a pasatiempo de muchachos, espero
que no lo despreciaran los hombres ni las mujeres, ya que en parte está
compuesto con la idea de despertar recuerdos del pasado en los adultos, y
exponer cómo sentían, pensaban y hablaban, y en qué raras empresas se
embarcaban.”
La obra narra las ocurrentes,
dramáticas y curiosas aventuras de Tom Sawyer; un niño travieso, con espíritu
de aventurero. Tom vive a las orillas del río Mississippi, en el sur de Estados
Unidos, en la ciudad ficticia San Petersburgo. Donde se desarrolla mayor parte
de la trama, pues Tom irá más allá de su simple hogar o pueblo, hasta atravesar
ríos, cavernas, búsquedas de tesoros y demás. Convive en una casa humilde,
donde es educado por las reglas de su tía Polly, conviviendo con ella y su
medio hermano Sydney, o Sid. Tom comete diversas travesuras y ocurrencias,
guiado por su alma de chiquillo. No se siente a gusto viviendo bajo el techo de
su tía, por sus reglas, por sus privaciones y, hasta, porque a veces llega a
pensar que no lo aprecian lo suficiente. Tom tiene una gran mente, que lo lleva
a imaginar diversas cosas y diversas aventuras. Pero lo mejor es que llega a llevar
aquellas aventuras a la realidad y dejar de lado lo que muchos acostumbran
hacer: el solo limitarse a pensar cómo sería la vida o aquellas aventuras, mas
nunca se arriesgan a vivirlas. Muchas veces lo hacía en compañía de sus dos
amigos más cercanos: Huckleberry Finn y Joe Harper.
En la novela se ve todo tipo de andanzas,
en la mayoría de los casos, lideradas por Tom, donde deja ver su ingenio,
creatividad y vivacidad. La parte en la que hace que los demás niños pinten la
valla en su lugar, engañados por la vivacidad y ocurrencia de Tom es un claro
ejemplo de ello. Aquella parte emblemática, que han parodiado o recreado en
muchas ocasiones en la televisión.
Aparte de aventuras, también hay
emociones, nostalgias, romance (Becky Thatcher, hija del juez del condado, de
quien Tom se enamorará y a la vez conseguirá que aquel amor sea reciproco;
aunque, como en toda relación, tendrán varios momentos de discusiones y
separaciones…), con una narrativa sencilla –en el sentido bueno de la palabra–
que hace fácil su lectura, para cualquier persona, de cualquier edad.
Esta historia, va dirigida, en mayoría, hacia un público infantil; mas es una obra que, también deberían leer adultos. Pues se llevarían una gran satisfacción y un gran recuerdo. En el libro, el autor logra despertar sentimientos y recrear sucesos, en los que, al lector adulto se le despertaran recuerdos de su niñez. Su narrativa y transcurso de la trama es acertada, logra atrapar y conseguir lo que el autor pretende en las mentes adultas: el recuerdo de la niñez y la reflexión. Hay cosas en ella, que quizás un niño no notaria, sino hasta leer el libro en su adultez. Algunos dicen que hay momentos en que la narrativa se hace pesada; sin embargo, yo opino contrario, pues me atrapó desde el momento en que abrí el libro, desde el prefacio hasta la conclusión. La primera vez que lo leí, transcurrió mucho tiempo y más de cincuenta páginas. Ni me enteré de ello, gracias a la seducción de aquellas páginas tan atrapantes.
Esta historia, va dirigida, en mayoría, hacia un público infantil; mas es una obra que, también deberían leer adultos. Pues se llevarían una gran satisfacción y un gran recuerdo. En el libro, el autor logra despertar sentimientos y recrear sucesos, en los que, al lector adulto se le despertaran recuerdos de su niñez. Su narrativa y transcurso de la trama es acertada, logra atrapar y conseguir lo que el autor pretende en las mentes adultas: el recuerdo de la niñez y la reflexión. Hay cosas en ella, que quizás un niño no notaria, sino hasta leer el libro en su adultez. Algunos dicen que hay momentos en que la narrativa se hace pesada; sin embargo, yo opino contrario, pues me atrapó desde el momento en que abrí el libro, desde el prefacio hasta la conclusión. La primera vez que lo leí, transcurrió mucho tiempo y más de cincuenta páginas. Ni me enteré de ello, gracias a la seducción de aquellas páginas tan atrapantes.
Un clásico que todos deberíamos
leer; desde los hijos hasta los padres. Una novela que vale la pena leer y
releer, en la infancia y al crecer. Revivir la infancia, o en el caso de que se
sea joven, el aprovecharla, mediante libros hermosos como este.
Mark Twain, logra crear
un libro tanto para niños como para adultos, que ganaría su justo lugar entre
la literatura universal.
Para concluir, me gustaría recalcar
una frase del libro, que me gustó mucho:
“El trabajo es todo lo que se está obligado a hacer; el juego es lo que se hace sin estar obligado a ello”.
“El trabajo es todo lo que se está obligado a hacer; el juego es lo que se hace sin estar obligado a ello”.
Calificación final: 8.6
Me encanto leer y recordar este libro,le tengo un cariño especial, porque aunque no he tenido la suerte de vivir las aventuras, las he soñado e imaginado muchas veces. Pienso que aunque se dice que Las Aventuras de Tom Sawyer
ResponderBorrarestán insipiradas en la infancia del autor, me imagino cómo Mark Twain, la pasó cuando niño ya qué, las frecuentes e ingeniosas travesuras de Tom junto a sus amigos más fieles Joe Harper y Huckleberry Finn, sus juegos de piratas que tantos quebraderos de cabeza ocasionarán en el pueblo de los chicos, su enamoramiento de Becky Thatcher, el encuentro con el criminal Joe el Indio... divierten, hacen soñar y volar la imaginación y más si eres adulto y lo lees de nuevo, te hacen volver a la infancia.
Para mí tienes un 9.0 👍🏽