La “Ilíada” y “Troya”, dos
creaciones memorables y apreciadas por la crítica. Tanto la epopeya escrita por
Homero, como el film dirigido por Wolfgang Petersen y protagonizado por Brad
Pitt, si bien giran en torno a la misma trama, la adaptación se aleja de su
base.
Primeramente, se debe aclarar
que, aunque la película “Troya” esté
basada en la “Ilíada”, “Troya” va más
allá de la obra, y no es solo en el cambio clásico que se le suelen hacer a las
novelas, al ser llevadas al cine, para poder desarrollar más cómoda la historia.
La cinta, cuenta, además de la cólera de Aquiles, también el comienzo y final
de “la guerra de Troya” (alterada igualmente); en la Ilíada solo se habla del
enojo y ausencia del de los pies ligeros.
Por ende, en la obra, el umbral
es el rapto de Criseida, hija de Crises,
a manos de Agamenón. En el filme, es el encuentro entre el ejército de Agamenón
y el rey de Tesalia. Ambos acuerdan que de cada bando salga el mejor hombre en
representación de su ejército y quien gane, a la vez ganará su tropa. Agamenón
llama a Aquiles, y el rey de Tesalia a Boagrius (similar
a la disputa de Menelao y Paris). Tiempo después se explica el origen de la
guerra, que se origina debido al rapto de Helena. El origen del pleito, en el
poema como tal, no es mencionado, salvo que venga en la introducción del libro.
En la Ilíada, Aquiles decide
abstenerse de pelear, ya que Agamenón, al devolver a Criseida al sacerdote,
hace suya a Briseida, sin importarle que ésta ya fuese esclava del semidiós y
eso lo enoja; provocando así “la cólera de Aquiles”. En la cinta, no existe
ningún rapto de Criseida. Briseida, es quien, al igual que en la obra, es
raptada y dada a Aquiles y arrebatada por el arrogante Agamenón.
Patroclo, en lugar de ser el
mejor amigo de Aquiles, en la película es su primo.
El acuerdo que hay entre ambos
pueblos durante la lucha, de que Menelao y Paris pelearan y el ganador se
llevaría las mujeres y riquezas del pueblo contrario –según la epopeya–, en la
cinta no ocurre igual. En la Ilíada, cuando Menelao va a dar muerte a Paris, el
troyano sobrevive, salvado por Afrodita, quien lo aleja del área de combate. En
el filme, cuando el aqueo está a punto de dar el último golpe funesto a Paris,
éste huye, arrastrándose de rodillas hasta donde su hermano. Menelao, enojado
por el deshonor de Paris, le reclama al hermano, pero éste, al tratarse de su familiar,
lo defiende y cesa el enfrentamiento. El griego, enfurecido, se acerca a ellos
y cuando dirige su arma hacia Paris, Héctor lo mata por defender a su hermano.
En la Ilíada, durante toda la historia, Menelao, contrario a lo dicho
anteriormente, no muere.
En la obra, los sucesos y los
conflictos que ocurren durante los 51 días en que se desarrolla la trama, son
narrados de manera más minuciosa y extensa. En la adaptación se omiten muchas
situaciones, enfrentamientos y acortan los diálogos. Esto último es entendible
y muy conveniente para la calidad de la película, puesto que, habiendo diálogos
en el poema que abarcan hasta más de una página, esto no sería muy agradable en
una recreación, donde, más que figuras literarias, adjetivos y sustantivos, se
quiere ver imágenes. En la adaptación se elude la intervención de los dioses;
por ejemplo: Aquiles degüella una estatua de oro de Apolo y Apolo no responde
ante tal injuria. En la película, como en la vida real, dichos dioses y
divinidades solo se les hace mención, mas nunca actúan o se les puede presenciar.
En cambio, en la epopeya, los dioses sí intervienen bastante en la guerra,
siendo ellos fundamentales en el desarrollo de la historia.
En la adaptación se excluyen,
además de los dioses, a muchos personajes mortales, por ejemplo: Diomedes,
valiente en la pelea (quien, en la obra, hace hazañas tan sorprendentes como
herir a dos dioses); Antíloco, Polidoro, Idomeneo y demás. En el caso de los Ayante
o Áyax (Áyax el Grande y Áyax el Menor), en “Troya”,
en lugar de ser dos personajes de igual
nombre, solo hay un guerrero con dicho nombre. En la representación gráfica, éste
muere gracias al acero de Héctor. En el libro ninguno de los Ayante muere; de
hecho, en una ocasión, Áyax el Grande está cerca de matar a Héctor.
Hay una parte del poema en que los troyanos llegan a invadir las naves de
los aqueos, provocando Gran zozobra en
el ánimo y en las esperanzas de los griegos –es en esta ocasión cuando Áyax el
grande, deja casi muerto a Héctor, al arrojarle una gigantesca piedra–. Aunque,
con la ayuda de Poseidón, consiguen atravesar tal momento y no morir en sus
naves por culpa de la invasión de los troyanos. En la película, dicha invasión
no se recrea. Sin embargo, hay un momento en la cinta en que, al campamento de
los argivos llegan sorpresivos ataques, los cuales podrían ser comparados con
la invasión hecha en la Ilíada, pero estos resultan ser menos peligrosos y
dramáticos que en el libro.
Como mencioné líneas atrás, el
desarrollo y los sucesos pasan muy rápido en comparación con la base original
de la adaptación. Patroclo, en lugar de pedirle prestada a Aquiles su armadura –como
en la epopeya–, la hurta e incita a los mirmidones a luchar, aprovechando su
similitud con el de los pies ligeros, cosa que en el poema, fue hecho con el
permiso y consentimiento de Aquiles. Patroclo muere, atravesado por la lanza de
Héctor, siendo éste el único que llegase a tocarlo en su fallecimiento. Después
de ello, Odiseo rinde tregua hasta el siguiente día, debido al luctuoso
momento. Esto ocurre en la obra, hasta cierto punto; puesto que, Homero, en su creación,
escribe que Patroclo muere a manos de Héctor, pero es más minucioso. En la
película omitieron detalles del óbito de Patroclo: antes de morir, es golpeado
por el dios Apolo, luego herido por Euforbo y finalmente dado de baja por
Héctor. Y, su muerte se debe a que se adelantó mucho hasta zonas troyanas, muy
cerca, rodeado por los enemigos; en la cinta no muestran tales detalles. En la
obra, también, Héctor lo despoja de su armadura y se hace dueño de ella; a la
vez, hay una disputa por el cuerpo del difunto, hasta que, gracias a Aquiles y Áyax
el Grande, el cuerpo queda en manos de los griegos. Mientras que, en “Troya”, Héctor le quita el casco y justo
ahí es que se percata que no es Aquiles sino Patroclo y deja el cuerpo vestido
en su lugar, y en ese instante es que Odiseo propone la tregua hasta la
siguiente puesta de sol. Los juegos
funerarios en honor a Patroclo, fue otro tema que no se recreó. Al igual que,
tampoco se mostró que Aquiles cada vez que salía el sol paseaba el cuerpo del
hijo de Príamo.
En el libro, cuando el de los
pies ligeros regresa al combate, después de su ira, este acaba con la vida de
muchos troyanos; mas en el filme, solo se enfocan en la parte cuando asesina a
Héctor.
En la película podemos apreciar
mucho más la personalidad de Aquiles y diversos personajes, más que en la
Ilíada. Eneas, a quien Paris le brinda la espada de Troya al final, tiene menos
participación que en la obra.
Al no haber interacción de
deidades –salvo Tetis, que aparece al comienzo únicamente–, Aquiles no le pide
a su madre ninguna armadura nueva, ni hay siquiera mención de Hefesto, el
ilustre cojo de ambos pies, quien crea la armadura y armas del pelida en la
obra; excluyendo también esas partes del poema. Por ende, tampoco se muestra como
Hermes ayuda a Príamo para que pueda rescatar el cuerpo de su hijo. Simplemente
muestran a Príamo llegando a la morada del semidiós y éste le ayuda a cargar el
cuerpo, para que se lo lleve a Troya y puedan hacerle los homenajes que se
merece un hombre como Héctor.
La Ilíada concluye en los homenajes
a Héctor; mas en la recreación, como dije al comienzo, ésta llega hasta la
conclusión de la guerra de Troya: la memorable escena del caballo, la muerte de
los habitantes de Troya y del audaz Aquiles.